Organización de Los 48 Cantones: su fuerza


Según un comunicado de apoyo de más de 25 organizaciones europeas, canadienses, norteamericanas y guatemaltecas fundamentado en datos de la Secretaría General de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan), el Informe de desarrollo humano y del Central American Business Intelligence, el departamento de Totonicapán se acerca ya a casi medio millón de habitantes, con un 97% de población indígena de origen maya. Es uno de los departamentos con menor tasa de homicidios (6 por 100 mil habitantes en 2011, frente a la tasa nacional de 39 por 100 mil). Algunos analistas han explicado la poca violencia de la región vinculándola con el grado de cohesión local que se ha logrado mantener por la fortaleza de su organización indígena tradicional, una de cuyas expresiones son los 48 Cantones del Municipio de Totonicapán.

Este municipio, que es la cabecera departamental, ha de tener unos 130 mil habitantes, con un 97% de población indígena y un 53% de población rural. Su fuerza estriba en su organización de raíces indígenas tradicionales. Pero también en otros factores, como son, nos parece, a) el número de habitantes; b) la mezcla del alto porcentaje de población urbana consciente, estudiada, profesionalmente preparada, que difícilmente se deja engañar, con una población rural, artesana y campesina, que tiene la experiencia migratoria a los EE.UU. y ha mejorado su nivel de vida, por ejemplo, con electrodomésticos; c) la riqueza hidráulica de sus cientos de nacimientos de agua (tal vez hasta mil) y de la red de tuberías que amarra a la población para explotar ese recurso, darle mantenimiento y defenderlo a como dé lugar frente a las amenazas como la minería, las leyes de privatización del agua, etc.; d) el recurso boscoso de sus terrenos comunales y, por fin, e) la cercanía de la carretera Interamericana que en determinado momento pueden bloquear. No es una organización de clase, aunque la mayoría de sus integrantes son pobres, ni una organización campesina popular con alcance nacional, como el Comité de Unidad Campesina (CUC), ni una organización con la experiencia de nexo con las organizaciones guerrilleras del tiempo de la guerra. Nunca sufrió una masacre, como las del Quiché. Es una organización territorial con identidad en la historia de la lucha contra los tributos en 1820, cuando uno de sus líderes, Atanasio Tzul, fue coronado como Rey... al mismo nivel que el rey Fernando de España. Esta territorialidad saca de quicio al gobierno nacional, cuando le exigen venir a Totonicapán a las negociaciones y no aceptan gente de segunda o de tercera, sino que quieren hablar con “los meros meros”. Pero también a organizaciones populares que comentan que Los 48 sólo luchan por sus cosas y no estuvieron, por ejemplo, en la marcha de las Verapaces a la Ciudad Capital.

Para captar el estilo de su fuerza identitaria oigamos lo que nos decía un amigo de Totonicapán:

“Los títulos del pueblo... A esos títulos no tiene acceso la población. Se revisan solamente dos veces al año. En Toto decimos que una persona que ha cumplido con su pueblo es la que ha visto los títulos del pueblo dos veces. Porque cuando uno llega a ser alcalde o alguacil, delegado de baño o delegado de recursos naturales, es obligatorio estar presente en la revisión de los documentos del pueblo. Eso se hace en el mes de junio y en el mes de diciembre, antes del cambio de las autoridades. Allí encuentra uno el título de los bosques de los Altos, el título donde está asentada la cumbre María Tecúm, al pie de donde están las aldeas Barreneche, La Esperanza, La Concordia. Prácticamente toda la parte del bosque está rodeado por las comunidades Chimente, Tzanixnam, Maktzul, Pachoc, Chomasan, Panquix, Rancho de Teja, Pacapox, Chuicaxtun, Chipachec. Entonces, en la bóveda de San Miguel, allí en la auxiliatura, se guardan y se hacen los turnos de 24 por 24, para cuidar esos títulos, aunque aparentemente lo indígena ya no existe dentro del pueblo. Esa bóveda tiene cuatro llaves. Una llave la tiene el alcalde de la primera quincena, otra llave la tiene el presidente de los alguaciles, la otra la tiene el presidente de la Junta directiva de 48 y la otra el Regidor cuarto”. Yo puse esa palabra, “aparentemente”, en cursiva, porque Toto no es un municipio folclórico turístico, pero tiene esa fuerza indígena oculta en sus luchas, tan oculta que observadores superficiales ven en ellos terroristas o turbas desorganizadas.

La autoridad máxima es el Consejo de los 48 Cantones. Es un equipo de 45 personas de cinco Juntas directivas, nueve personas por cada una. La cabeza visible es la Junta de los alcaldes, “pero las decisiones siempre se toman con las cinco directivas y las cinco asambleas”. Las Juntas directivas son la de los alcaldes, la de los alguaciles de primera quincena, la de los alguaciles de segunda quincena, la de los delegados de baños y la de recursos naturales (agua, bosques...) Cada junta tiene una asamblea de 48. Cuando se juntan las juntas directivas y las cinco asambleas son en teoría 240 personas. Todos con su señal de autoridad, la famosa vara con cabeza plateada, que es un símbolo antiquísimo de los pueblos mayas, aunque entonces tuviera otra forma. Sin embargo, cuando se reúne la asamblea de autoridades, por ejemplo para la elección de las juntas directivas en noviembre de cada año y tomas de decisiones importantes, el número supera los mil doscientos, aproximadamente.

fuente: http://www.plazapublica.com.gt

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